viernes, septiembre 04, 2009

*SOLO TU* CAP. 8


Cuando llego al lugar de la cita, espero unos minutos, selecciono el árbol que daba mejor sombra y bajo él se sentó, dejo que Canelo pastara en ese enorme campo, que daba tranquilidad y paz, cerro los ojos y disfruto del misterioso canto del viento y las hojas al mecerse con el.
Mientras Mariana no veía la hora de llegar, por mas que apresuraba el paso, el recorrido se le hacia eterno, no sabia si eran los nervios o que en verdad el día del encuentro estaba tan distraída que no midió la distancia que había recorrido. Al llegar al lugar indicado, respiro profundamente, recupero el aliento, pero no vio a nadie, solo a Canelo pastando a varios metros, busco con la mirada, y ahí estaba, bajo un hermoso árbol, se acerco a el y descubrió que estaba como dormido, se acerco mas, y mas y mas, hasta sentir su respiración...
De pronto Roberto se movió un poco para acomodarse, sin darse cuenta se había quedado dormido, Marisela rápidamente se incorporo, sintió pena pero él aun no notaba su presencia, al hacer un paso hacia atrás, piso una rama y con el crujir de esta, Roberto despertó.
Roberto- hola, disculpa, me quede dormido, lo que pasa es que me levante muy temprano y pues...
Marisela- no te preocupes, acabo de llegar.
Roberto- por un momento pensé que no lo harías.
Marisela- y porque no? Te di mi palabra de que vendría, y aquí estoy.
Roberto- y me da mucho gusto.
Se quedaron viendo fijamente, sonriendo el uno con el otro, de pronto todo se quedo en silencio, cada uno pensaba en la locura que estaba cometiendo.
Roberto- mira, traje algo de fruta, para hacer mas amena la platica.
Marisela- ah que bien.
Roberto- ¿quieres que nos sentemos o caminamos un poco?
Marisela- aquí esta bien. (Se sentaron a la sombra del árbol)
Roberto- y cuéntame, ¿de donde eres? ¿De que trabajas con los Mancera? Todo…
Marisela- ¿todo?
Roberto- esta bien, lo que consideres prudente.
Marisela- pues, soy de la capital, desde niña tuve que trabajar para ayudar a mi familia, soy la mayor, así que me siento con la obligación de apoyar a mis padres con mis hermanos, mi padre trabaja con el Sr. Antonio en una de sus tiendas de tela.
Roberto- ¿así que Antonio Mancera se dedica al negocio de la Tela?
Marisela- si, y le va muy bien, es una muy buena persona, muy inteligente, bondadoso, cariñoso, comprensivo, yo lo quiero mucho.
Roberto- te expresas muy bien de tu patrón…
Marisela- lo que pasa es que ha sido muy bueno conmigo, cuando llegue a la casa, él y Mariana me recibieron muy bien, más que la hija de mi patrón, es mi amiga.
Roberto- ¿y que haces en la casa?
Marcela- en la capital por las mañanas llegaba y aseaba parte de la casa, ayudaba en la cocina y por las tardes cada tercer día, Mariana y yo visitábamos las tiendas para supervisar que nada faltara, don Antonio nos enseño a hacer pedidos y Mariana lleva parte de la contabilidad.
Roberto- ¿En serio?
Mariana- si (por dentro sabia que estaba contando la historia de Maria, ni mas ni menos)
Cuando don Antonio decidió comprar los Girasoles, me pidieron que viniera con ellos y aquí estoy.
Roberto- ¿y piensas quedarte?
Marisela- no lo se, todo depende…
Roberto- de… (Viéndola fijamente, “Marisela” comenzó a ponerse nerviosa, no le pudo sostener la mirada y giro la cabeza a otra dirección)
Marisela- a lo que decida don Antonio.
Roberto- ¿y no extrañas a tu familia?
Marisela- claro que si, pero es lo mejor, con los Mancera no me falta nada, estoy aprendiendo muchas cosas y al mismo tiempo ayudando a mi gente.
Maria había platicado tantas veces con Mariana de su familia, que ella conocía exactamente sus sentimientos, así que no le costo trabajo hacer pasar esta historia como suya.
Marisela- yo ya te platique de mi, es tu turno, aunque para serte sincera tengo una pregunta.
Roberto- dime.
Marisela- viéndote bien, no tienes el aspecto de un….
Roberto- ¿peón?
Marisela- trabajador del campo…
Roberto- ¿porque lo dices? (pensaba que Marisela había hecho una muy buena pregunta, ahora estaba pensando en algo que inventar)
Marisela- porque no eres como los demás, digo, rubio, ojos verdes, tu forma de hablar, de expresarte, la atención que tuviste con la fruta, lo bien que montas… (Se dio cuenta que Roberto la veía con cierta picardía, pues dentro de su nerviosismo estaba hablando de mas) ehhh perdón…
Roberto- continúa, nadie había hecho una descripción tan pronta de mí, en tan poco tiempo.
Marisela- mejor dejémoslo así, y mejor cuéntame de ti.
A “Roberto” se le vino una historia perfecta a la mente.
Roberto- pues soy así, porque no soy hijo de campesinos.
Marisela- ¿no?
Roberto- no, mi familia era el norte, mi padre era dueño de una hacienda, era gente de dinero, se caso con una mujer muy hermosa, mi madre, que murió hace unos años.
Marisela- lo siento.
Roberto- perderla es lo peor que me ha pasado.
Marisela- te entiendo
Roberto- ¿Cómo?
Marisela- no, nada, continua.
Roberto- después hubo una sequía en la zona, y mi padre perdió casi todo, yo estudiaba en una academia militar, pero tuve que abandonarla por que nos quedamos en la ruina, poco después unos cuatreros se llevaron lo poco que nos quedaba y mataron a mi padre.
Marisela- en serio? ¿Pero porque?
Roberto- porque las tierras eran muy codiciadas, me quede solo, la familia de mis padres querían ayudarme, pero estaban en las mismas condiciones que nosotros, así que yo solo seria un estorbo, y viene a estas tierras a probar suerte, encontré trabajo en “La Gloria” y desde entonces no me ha faltado nada.
Marisela- ahora comprendo, que pena lo de tus padres.
Roberto- no te preocupes, ya todo es parte del pasado, lo que importa es esto, el hoy… solo eso.
Marisela- y a que te dedicas en “la gloria”
Roberto- al campo, la siembra, la cosecha, y a veces en las caballerizas, como ahora con “Canelo” (los dos dirigieron su mirada al animal, que trotaba sin ir muy lejos)
Marisela- estas haciendo un buen trabajo con él.
Roberto- eso espero, que pronto este listo.
CONTINUARA....

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