Al llegar a la hacienda, Mariana intento no ser vista por su padre, pero fallo.
Antonio- ¿Qué haces vestida así?
Mariana- ¡papa!! Me asustaste!
Antonio- perdóname hija, ¿de donde vienes y vestida así?
Mariana- ah, lo que pasa es que fui a caminar, ni idea tienes de lo pesado que son los vestidos, me puse ropa mucho mas cómoda, además hace demasiado calor, creo que tardare a acostumbrarme a este clima.
Antonio- ¿y con quien fuiste?
Mariana- sola.
Antonio- mariana eso es muy peligroso no sabemos que clase de gente ande por ahí, además…
Mariana- Papa, Papa, esta bien, entiendo, pero como ves no me paso nada, estoy bien, ahora si me disculpas quisiera asearme, estoy llena de polvo.
Antonio- bien, ve, pero te espero para comer.
Mariana- Gracias.
Horas después Rodrigo llegaba a casa de Santiago, se cambio de ropa y cuando salía se encontró con su amigo.
Rodrigo- que bueno que te alcance, me llevo la ropa sucia, te la traigo después.
Santiago- déjala aquí, de todas formas mi madre tiene que lavarla aquí o en la hacienda. ¿Cómo te fue con Canelo, esta listo para montarse?
Rodrigo- no, aun le falta, mi tía tenia razón, es un caballo muy terco, bronco, atrabancado.
Santiago- pues por ahí dicen que todo se parece a su dueño. Por algo te lo regalo ¿o no?
Rodrigo- ja ja ja, que gracioso, solo dame unos días y veras que estará listo.
El joven quería contarle a su amigo el encuentro que tuvo en el campo, pero decidió esperar, todo dependía de lo que pasara en la siguiente cita, tal vez no volvería a verla.
Por la noche, sin saberlo, cada uno estaba en su respectiva hacienda y desde su balcón observaban la hermosa luna, él recordando la sonrisa de esa joven que se había aparecido en su camino, así, sin más. Ella creía ver en las dos estrellas más brillantes los ojos de aquel hombre, nunca había visto un brillo tan especial, ni un reflejo tan claro y a la vez tan estremecedor.
Rodrigo- Marisela, tengo que volver a verte.
Mariana- Roberto, tengo que saber más de ti.
A la mañana siguiente en “La Gloria”, el desayuno entre Rodrigo y Fernando era un total silencio, hasta que:
Fernando- será mejor que le regreses el caballo a Blanca.
Rodrigo- ¿Qué? ¿Porque?
Fernando- ¿Cómo que por que? Es muy peligroso, no me hizo nada de gracia que te diera ese tipo de animales, que le costaba regalarte uno mas manso, si no dije nada fue por no hacerle una grosería.
Rodrigo- pero papa!¿y crees que regresarlo no es una aun mayor?, fue un regalo muy especial, tu mismo escuchaste que nadie mejor que yo para montarlo.
Fernando- ¡pues no quiero que lo hagas! (levantándose de la mesa)
Rodrigo- ¡pero papa!
Fernando- ¡pero nada! Si no lo regresas, yo mismo lo llevare a la puerta de su casa, no lo quiero en mi hacienda.
Rodrigo- no tienes ningún derecho! Es mi regalo, además esta también es mi hacienda.
Fernando- no te equivoques Rodrigo, esto es “MIO”, el que seas mi hijo no quiere decir que hagas lo que se te pegue la gana.
Estaba a punto de salir cuando…
Rodrigo- pero mi mamá…
Fernando- tú mama ya no esta…
Rodrigo- pero ella no hubiera dejado que…
Fernando- ¡Entiéndelo Rodrigo, ya no esta, esta muerta, MUERTA, y por tu…!
Cayó de golpe, su boca y resentimiento habían reaccionado más rápido que su conciencia.
Rodrigo- ¡DILO! ¡ANDA! ¡DILO! ¡GRITALO!!POR MI CULPA, POR MI CULPA!!
Fernando no pudo mas, hacia meses que no habían llegado a ese punto en sus discusiones, salio tan rápido como pudo y se encerró en su despacho, mientras Rodrigo tiraba todo lo que se encontraba sobre la mesa, a pesar de los años esa herida seguía abierta en la mente y corazón, tanto de el como de su padre.
Al escuchar los gritos, Josefa corrió al comedor y encontró a Rodrigo con las lagrimas a punto de brotar, la rabia y el dolor que reflejaba su mirada lo decía todo, ella no dijo nada, se limito a levantar los trozos de porcelana, mientras el salía a toda prisa, al llegar a las caballerizas se encontró con Santiago.
Rodrigo- ¿tienes candado del establo de canelo?
Santiago- si ¿lo vas a encerrar.
Rodrigo- si, enciérralo muy bien, que nadie, entiéndeme bien, nadie lo saque de aquí, es mas dame la llave.
Santiago- esta bien, ¿pero que paso, que tienes?
Rodrigo- mi padre quiere que se lo regrese a mi tía blanca.
Santiago- ¿y eso?
Rodrigo- no lo se, según el es muy peligroso y no lo quiere aquí, pero a canelo nadie lo saca.
Encerró al caballo y se llevo la llave, no estaba dispuesto a perder tan fino animal, aunque en el fondo era para demostrarle a su padre que podía defender lo que quería, Rodrigo salio a los campos de siembra, mientras Fernando Salía de su despacho, y también se dirigió a las caballerizas.
Fernando- ¡Santiago! ¿Donde esta canelo?
Santiago- esta en el último establo.
Fernando- tráelo enseguida.
Santiago- no puedo Señor, Rodrigo vino, lo encerró y se llevo la llave.
Fernando- ¿Qué?!
Santiago- dijo que nadie lo sacara.
Fernando patio con fuerza una cubeta, sabia que Rodrigo había pensado inteligentemente, tomo su caballo y salio a Pueblo Nuevo, al llegar a casa de Blanca, vio que estaba lista para salir.
Fernando- Discúlpame Blanca, pero necesito hablar contigo.
Blanca- no te preocupes iba a “Los Girasoles” pero todavía es temprano, tu dirás…
Fernando- quiero que vayas por canelo a la hacienda, te agradezco el presente para Rodrigo, pero la verdad no me agrada ese animal.
Blanca- ¿Qué dices? ¿Pero porque? Si se lo regale con mucho cariño.
Fernando- es que es peligroso, tu misma dijiste que era muy bronco.
Blanca- Fernando por favor, ese caballo es ideal para Rodrigo, tu bien sabes que el domarlo es un reto mínimo para él.
Fernando- pero…
Blanca- pero nada Fernando, al parecer eres el único que no ha comprendido que lo que paso hace años fue un accidente, Rodrigo no tenia la experiencia que hoy posee, además en aquella ocasión no le paso nada y dudo que le pase ahora.
Fernando- a él no, pero yo perdí a Gloria.
Blanca- eso nada tiene que ver.
Fernando- ¡claro que si!, si Rodrigo no hubiera montado un animal igual a canelo no hubiera pasado el accidente, no hubiéramos discutido y Gloria…
Blanca- ¿no crees que son demasiado “hubiera”?, ¿cuantos años tendrán que pasar para que el dolor que tienes no te atormente mas?, Y lo mas importante ¿Cuándo dejaras de culpar a Rodrigo? Porque tu bien sabes que eso es injusto, el que no sepas como superar la muerte de Gloria a pesar de los años, no te da derecho a culparlo, no sigas con eso, ¡es tu hijo!, piensa que no solo tu la perdiste, sino el también, y poco a poco a ti. (Fernando no supo que contestar, Blanca tenia razón) ¿Sabes que es lo mejor de esto?, que Rodrigo te ha demostrado que tiene el temple, la fuerza y el coraje para salir adelante, para no llenarse de culpas como tu, y discúlpame, pero yo no voy a ir por canelo, es de Rodrigo y el podrá hacer con su regalo lo que quiera.
Antonio- ¿Qué haces vestida así?
Mariana- ¡papa!! Me asustaste!
Antonio- perdóname hija, ¿de donde vienes y vestida así?
Mariana- ah, lo que pasa es que fui a caminar, ni idea tienes de lo pesado que son los vestidos, me puse ropa mucho mas cómoda, además hace demasiado calor, creo que tardare a acostumbrarme a este clima.
Antonio- ¿y con quien fuiste?
Mariana- sola.
Antonio- mariana eso es muy peligroso no sabemos que clase de gente ande por ahí, además…
Mariana- Papa, Papa, esta bien, entiendo, pero como ves no me paso nada, estoy bien, ahora si me disculpas quisiera asearme, estoy llena de polvo.
Antonio- bien, ve, pero te espero para comer.
Mariana- Gracias.
Horas después Rodrigo llegaba a casa de Santiago, se cambio de ropa y cuando salía se encontró con su amigo.
Rodrigo- que bueno que te alcance, me llevo la ropa sucia, te la traigo después.
Santiago- déjala aquí, de todas formas mi madre tiene que lavarla aquí o en la hacienda. ¿Cómo te fue con Canelo, esta listo para montarse?
Rodrigo- no, aun le falta, mi tía tenia razón, es un caballo muy terco, bronco, atrabancado.
Santiago- pues por ahí dicen que todo se parece a su dueño. Por algo te lo regalo ¿o no?
Rodrigo- ja ja ja, que gracioso, solo dame unos días y veras que estará listo.
El joven quería contarle a su amigo el encuentro que tuvo en el campo, pero decidió esperar, todo dependía de lo que pasara en la siguiente cita, tal vez no volvería a verla.
Por la noche, sin saberlo, cada uno estaba en su respectiva hacienda y desde su balcón observaban la hermosa luna, él recordando la sonrisa de esa joven que se había aparecido en su camino, así, sin más. Ella creía ver en las dos estrellas más brillantes los ojos de aquel hombre, nunca había visto un brillo tan especial, ni un reflejo tan claro y a la vez tan estremecedor.
Rodrigo- Marisela, tengo que volver a verte.
Mariana- Roberto, tengo que saber más de ti.
A la mañana siguiente en “La Gloria”, el desayuno entre Rodrigo y Fernando era un total silencio, hasta que:
Fernando- será mejor que le regreses el caballo a Blanca.
Rodrigo- ¿Qué? ¿Porque?
Fernando- ¿Cómo que por que? Es muy peligroso, no me hizo nada de gracia que te diera ese tipo de animales, que le costaba regalarte uno mas manso, si no dije nada fue por no hacerle una grosería.
Rodrigo- pero papa!¿y crees que regresarlo no es una aun mayor?, fue un regalo muy especial, tu mismo escuchaste que nadie mejor que yo para montarlo.
Fernando- ¡pues no quiero que lo hagas! (levantándose de la mesa)
Rodrigo- ¡pero papa!
Fernando- ¡pero nada! Si no lo regresas, yo mismo lo llevare a la puerta de su casa, no lo quiero en mi hacienda.
Rodrigo- no tienes ningún derecho! Es mi regalo, además esta también es mi hacienda.
Fernando- no te equivoques Rodrigo, esto es “MIO”, el que seas mi hijo no quiere decir que hagas lo que se te pegue la gana.
Estaba a punto de salir cuando…
Rodrigo- pero mi mamá…
Fernando- tú mama ya no esta…
Rodrigo- pero ella no hubiera dejado que…
Fernando- ¡Entiéndelo Rodrigo, ya no esta, esta muerta, MUERTA, y por tu…!
Cayó de golpe, su boca y resentimiento habían reaccionado más rápido que su conciencia.
Rodrigo- ¡DILO! ¡ANDA! ¡DILO! ¡GRITALO!!POR MI CULPA, POR MI CULPA!!
Fernando no pudo mas, hacia meses que no habían llegado a ese punto en sus discusiones, salio tan rápido como pudo y se encerró en su despacho, mientras Rodrigo tiraba todo lo que se encontraba sobre la mesa, a pesar de los años esa herida seguía abierta en la mente y corazón, tanto de el como de su padre.
Al escuchar los gritos, Josefa corrió al comedor y encontró a Rodrigo con las lagrimas a punto de brotar, la rabia y el dolor que reflejaba su mirada lo decía todo, ella no dijo nada, se limito a levantar los trozos de porcelana, mientras el salía a toda prisa, al llegar a las caballerizas se encontró con Santiago.
Rodrigo- ¿tienes candado del establo de canelo?
Santiago- si ¿lo vas a encerrar.
Rodrigo- si, enciérralo muy bien, que nadie, entiéndeme bien, nadie lo saque de aquí, es mas dame la llave.
Santiago- esta bien, ¿pero que paso, que tienes?
Rodrigo- mi padre quiere que se lo regrese a mi tía blanca.
Santiago- ¿y eso?
Rodrigo- no lo se, según el es muy peligroso y no lo quiere aquí, pero a canelo nadie lo saca.
Encerró al caballo y se llevo la llave, no estaba dispuesto a perder tan fino animal, aunque en el fondo era para demostrarle a su padre que podía defender lo que quería, Rodrigo salio a los campos de siembra, mientras Fernando Salía de su despacho, y también se dirigió a las caballerizas.
Fernando- ¡Santiago! ¿Donde esta canelo?
Santiago- esta en el último establo.
Fernando- tráelo enseguida.
Santiago- no puedo Señor, Rodrigo vino, lo encerró y se llevo la llave.
Fernando- ¿Qué?!
Santiago- dijo que nadie lo sacara.
Fernando patio con fuerza una cubeta, sabia que Rodrigo había pensado inteligentemente, tomo su caballo y salio a Pueblo Nuevo, al llegar a casa de Blanca, vio que estaba lista para salir.
Fernando- Discúlpame Blanca, pero necesito hablar contigo.
Blanca- no te preocupes iba a “Los Girasoles” pero todavía es temprano, tu dirás…
Fernando- quiero que vayas por canelo a la hacienda, te agradezco el presente para Rodrigo, pero la verdad no me agrada ese animal.
Blanca- ¿Qué dices? ¿Pero porque? Si se lo regale con mucho cariño.
Fernando- es que es peligroso, tu misma dijiste que era muy bronco.
Blanca- Fernando por favor, ese caballo es ideal para Rodrigo, tu bien sabes que el domarlo es un reto mínimo para él.
Fernando- pero…
Blanca- pero nada Fernando, al parecer eres el único que no ha comprendido que lo que paso hace años fue un accidente, Rodrigo no tenia la experiencia que hoy posee, además en aquella ocasión no le paso nada y dudo que le pase ahora.
Fernando- a él no, pero yo perdí a Gloria.
Blanca- eso nada tiene que ver.
Fernando- ¡claro que si!, si Rodrigo no hubiera montado un animal igual a canelo no hubiera pasado el accidente, no hubiéramos discutido y Gloria…
Blanca- ¿no crees que son demasiado “hubiera”?, ¿cuantos años tendrán que pasar para que el dolor que tienes no te atormente mas?, Y lo mas importante ¿Cuándo dejaras de culpar a Rodrigo? Porque tu bien sabes que eso es injusto, el que no sepas como superar la muerte de Gloria a pesar de los años, no te da derecho a culparlo, no sigas con eso, ¡es tu hijo!, piensa que no solo tu la perdiste, sino el también, y poco a poco a ti. (Fernando no supo que contestar, Blanca tenia razón) ¿Sabes que es lo mejor de esto?, que Rodrigo te ha demostrado que tiene el temple, la fuerza y el coraje para salir adelante, para no llenarse de culpas como tu, y discúlpame, pero yo no voy a ir por canelo, es de Rodrigo y el podrá hacer con su regalo lo que quiera.
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